lunes, 31 de marzo de 2014

POESÍA



          DECIR,  HACER

Entre lo que veo y digo,
entre lo que digo y callo,
entre lo que callo y sueño,
entre lo que sueño y olvido
la poesía
se desliza entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
Idea palpable,
palabra
impalpable:
la poesía
va y viene
entre lo que es
y lo que no es.
Teje reflejos
y los desteje.
La poesía
siembra ojos en las páginas
siembra palabras en los ojos.
Los ojos hablan
las palabras miran,
las miradas piensan.
Oír
los pensamientos,
ver
lo que decimos
tocar
el cuerpo
e la idea.
Los ojos
se cierran
las palabras se abren.


OCTAVIO PAZ, nació el 31 de marzo de 1914, en México

viernes, 28 de marzo de 2014

LITUMA



-¿Qué tiene el Perú que despierta esas pasiones en algunos extranjeros? –se asombró Bali-. No nos lo merecemos.

-Es un país que no hay quien lo entienda –se rió Escarlatina-. Y no hay nada más atractivo que lo indescifrable, para gente de países claros y transparentes como el mío.

-Creo que no volveré más a La Esperanza –cambió de tema Bali-. No tengo ganas de jugar al héroe y menos por una mina que pierde plata. Lo cierto es que anoche me cagué de miedo.

-Lo sentimos, el Profe y yo, en el depósito –dijo Pichín-. Mejor dicho, lo olimos.

Bali se rió, el profesor se rió, y López también se rió. Pero Lituma permanecía muy serio, oyéndolos apenas, adormecido en una zozobra profunda. Más tarde, cuando, luego de terminarse la botella de pisco, se dieron las buenas noches y se fueron todos a sus cuartos, el cabo se detuvo en el umbral del dormitorio del profesor Stirmsson, contiguo al suyo.

-Una curiosidad me ha quedado, doctor –musitó, respetuosamente, con la lengua algo enredada-. ¿Así que los chancas y los huancas sacrificaban gente cuando iban a abrir un camino?

- No lo hacían por crueldad, sino porque eran muy religiosos –le explicó-. Era su manera de mostrar su respeto a esos espíritus del monte, de la tierra, a los que iban a perturbar. Lo hacían para que no tomaran represalias contra ellos. Para asegurar su supervivencia. Para que no hubiera derrumbes, huaycos, para que el rayo no cayera y los quemara ni se desbordaran las lagunas. Hay que entenderlos. Para ellos no había catástrofes naturales. Todo era decidido por una voluntad superior, a la que había que ganarse con sacrificios.
Veo que se interesa por la historia, cabo.

-Un poquito –asintió Lituma-. Que pase buena noche, doctor.


MARIO VARGAS LLOSA, nace el 28 de marzo de 1936, en Arequipa (Perú)

jueves, 27 de marzo de 2014

TEATRO



YERMA. Buenos días. 

VIEJA. Buenos los tenga la hermosa muchacha. ¿Dónde vas? 

YERMA. Vengo de llevar la comida a mi esposo, que trabaja en los olivos. 

VIEJA. ¿Llevas mucho tiempo de casada? 

YERMA. Tres años. 

VIEJA. ¿Tienes hijos? 

YERMA. No. 

VIEJA. ¡Bah! ¡Ya tendrás! 

YERMA. (Con ansia.) ¿Usted lo cree? 

VIEJA. ¿Por qué no? (Se sienta.) También yo vengo de traer la comida a mi esposo. Es viejo. Todavía trabaja. Tengo nueve hijos como nueve soles, pero, como ninguno es hembra, aquí me tienes a mí de un lado para otro. 

YERMA. Usted vive al otro lado del río. 

VIEJA. Sí. En los molinos. ¿De qué familia eres tú? 

YERMA. Yo soy hija de Enrique el pastor. 

VIEJA. ¡Ah! Enrique el pastor. Lo conocí. Buena gente. Levantarse, sudar, comer unos panes y morirse. Ni más juego, ni más nada. Las ferias para otros. Criaturas de silencio. Pude haberme casado con un tío tuyo. Pero ¡ca! Yo he sido una mujer de faldas en el aire, he ido flechada a la tajada de melón, a la fiesta, a la torta de azúcar. Muchas veces me he asomado de madrugada a la puerta creyendo oír música de bandurria que iba, que venía, pero era el aire. (Ríe.) Te vas a reír de mí. He tenido dos maridos, catorce hijos, seis murieron, y sin embargo no estoy triste y quisiera vivir mucho mas. Es lo que digo yo: las higueras, ¡cuánto duran!; las casas, ¡cuánto duran!; y sólo nosotras, las endemoniadas mujeres, nos hacemos polvo por cualquier cosa. 

YERMA. Yo quisiera hacerle una pregunta. 

VIEJA. ¿A ver? (La mira.) Ya sé lo que me vas a decir. De estas cosas no se puede decir palabra. (Se levanta.)
 
YERMA. (Deteniéndola.) ¿Por qué no? Me ha dado confianza el oírla hablar. Hace tiempo estoy deseando tener conversación con mujer Vieja. Porque yo quiero enterarme. Sí. Usted me dirá... 

VIEJA. ¿Qué? 

YERMA. (Bajando la voz.) Lo que usted sabe. ¿Por qué estoy yo seca ? ¿Me he de quedar en plena vida para cuidar aves o poner cortinitas planchadas en mi ventanillo? No. Usted me ha de decir lo que tengo que hacer, que yo haré lo que sea; aunque me mande clavarme agujas en el sitio más débil de mis ojos. 

VIEJA. ¿Yo? Yo no sé nada. Yo me he puesto boca arriba y he comenzado a cantar. Los hijos llegan como el agua. ¡Ay! ¿Quién puede decir que este cuerpo que tienes no es hermoso? Pisas, y al fondo de la calle relincha el caballo. ¡Ay! Déjame, muchacha, no me hagas hablar. Pienso muchas ideas que no quiero decir. 



Hoy 27 de marzo:
Día Mundial del Teatro



miércoles, 26 de marzo de 2014

EL CAMINO NO ELEGIDO



El camino no elegido

Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
y apenado por no poder tomar los dos
siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
mirando uno de ellos tan lejos como pude,
hasta donde se perdía en la espesura;

Entonces tomé el otro, imparcialmente,
y habiendo tenido quizás la elección acertada,
pues era tupido y requería uso;
aunque en cuanto a lo que vi allí
hubiera elegido cualquiera de los dos.

Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.

Debo estar diciendo esto con un suspiro
de aquí a la eternidad:
dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
yo tomé el menos transitado,
y eso hizo toda la diferencia.


ROBERT LEE FROST, nace el 26 de marzo de 1874, en San Francisco .