jueves, 31 de julio de 2014

PRIMO LEVI



Níquel

Tenía yo en un cajón un pergamino decorado, en el que estaba escrito con elegante caligrafía que Primo Levi, de raza judía, había obtenido la licenciatura en Química con sobresaliente y matrícula de honor. Era, por lo tanto, un documento de dos filos, mitad gloria y mitad escarnio, absolución por una parte y condena por otra. Estaba metido en aquel cajón desde julio de 1941, y noviembre acababa de terminar. El mundo se precipitaba hacia la catástrofe, y alrededor mío no ocurría nada. Los alemanes habían inundado Polonia, Noruega, Holanda, Francia y Yugoslavia y se introducían en las llanuras rusas como una navaja en la mantequilla. Los Estados Unidos no se movían para ayudar a los ingleses, que se habían quedado solos. Yo no encontraba trabajo y agotaba mis fuerzas en busca de cualquier tipo de ocupación retribuida. En la habitación de al lado, mi padre, aquejado de un tumor maligno, vivía sus últimos meses.

Sonó el timbre. era un joven alto y delgado, con uniforme de teniente del Ejército real, y no tardé en reconocer en él la figura del mensajero, del Mercurio que guía a las almas o, si queréis, del ángel anunciador. En una palabra, alguien a quien uno espera, lo sepa o no, y que trae el mensaje celestial que te va a hacer cambiar de vida, para bien o para mal, todavía no se sabe, hasta que él no haya abierto la boca.

Abrió la boca, y tenía un marcado acento toscano, y preguntó por el doctor Levi, que era yo, aunque pareciera mentira, porque al título no me había acostumbrado todavía. Se presentó con toda educación y me propuso un trabajo. ¿Quién le había hablado de mí? Otro Mercurio, Caselli, el guardián inflexible de la fama de los demás. La matrícula de honor de mi licenciatura menos mal que había servido para algo.

El trabajo que me propuso era misterioso y fascinante. “En cierto lugar…





PRIMO LEVI, nació el 31 de julio de 1919, en Turín (ITALIA)
 






miércoles, 30 de julio de 2014

BRONTË


La casa en que habitaba el señor Heathcliff se llamaba Cumbres Borrascosas en el dialecto de la región. Y por cierto que tal nombre expresaba muy bien los rigores atmosféricos a que la propiedad se veía sometida cuando la tempestad soplaba sobre ella. Sin duda se disfrutaba allí de buena ventilación. El aire debía de soplar con mucha violencia, a juzgar por lo inclinados que estaban algunos pinos situados junto a la casa, y algunos arbustos cuyas hojas, como si implorasen al sol, se dirigían todas en un mismo sentido. Pero el edificio era de sólida construcción, con gruesos muros, según podía apreciarse por lo profundo de las ventanas, y con recios guardacantones protegiendo sus ángulos.

Me detuve un momento en la puerta para contemplar las carátulas que ornaban la fachada. En la entrada principal leí una inscripción, que decía: «Hareton Earnshaw». Aves de presa de formas extravagantes y figuras representando muchachitos en posturas lascivas, rodeaban la inscripción. Me hubiese complacido hacer algunos comentarios respecto a aquello y hasta pedir una breve historia del lugar a su rudo propietario; pero él permanecía ante la puerta de un modo que me indicaba su deseo de que yo entrase de una vez o me fuese, y no quise aumentar su impaciencia parándome a examinar los detalles del acceso al edificio.



EMILY BRONTË, nació el 30 de julio de 1818, en Gran Bretaña.




lunes, 28 de julio de 2014

LA gran GUERRA



El 28 de junio de 1914 amanece radiante. En la próspera Europa, las fábricas están en plena producción, y las cosechas listas para la siega. Es un mundo feliz, en especial para sus clases acomodadas: la aristocracia, los industriales, los banqueros, los altos funcionarios y los políticos. The idle rich, como dicen los ingleses. Gracias a los avances de la ciencia y de la técnica, nunca se ha vivido mejor. La satisfecha sociedad occidental contempla el futuro con optimismo. Es la belle époque, especialmente para los pudientes.

Este verano promete ser excepcionalmente tranquilo, como recordará Churchill en sus memorias. Han comenzado las vacaciones. Los gobiernos se dispersan, los parlamentos cierran, los balnearios y los casinos de ruleta abren. Para los políticos es tiempo de relajarse y disfrutar, de mirarse al espejo, meter la barriga y pensar, aprobadoramente.

El naipe defectuoso que va a provocar el derrumbamiento del ilusorio castillo europeo es Sarajevo, capital de Bosnia Herzegovina, una nueva provincia recién incorporada al imperio austrohúngaro.

La pequeña ciudad de apenas setenta mil habitantes, emplazada a la orilla de un río, en un valle, entre montañas, se ha engalanado para recibir el heredero del trono austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando, y, a su esposa, la duquesa Sofía Chotek.

A lo largo del itinerario oficial, que discurre a la orilla rumorosa del río Miljacka, ciento veinte policías vigilan la carretera. Quizá no sean muchos, pero Sarajevo tampoco es una ciudad conflictiva. Precisamente por eso, porque es una ciudad tranquila y no se espera demasiada vigilancia, la ha escogido una banda terrorista serbo bosniana, la Mano Negra, para atentar contra el archiduque, el representante y heredero del odiado emperador.


28 de julio de 1914, es declarada oficialmente la 1ª Guerra Mundial





sábado, 26 de julio de 2014

SOLEDADES



He andado muchos caminos
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
  En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
  y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
  Mala gente que camina
y va apestando la tierra…
  Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
  Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan adónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
  y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.
  Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.


ANTONIO MACHADO, nació el 26 de julio de 1875, en Sevilla.