No
era sólo que estuviese loco por Blanca, que le gustara más que cualquier otra
de las mujeres que veía en la realidad, en las películas o en los anuncios, o
que se le encendiese el deseo nada más que recordándola desnuda o rozándose con
ella en la cocina, mientras fregaban los platos: era que en todos los años de
su vida sólo había estado enamorado de ella, de modo que su idea del amor le
resultaba inseparable de la existencia de Blanca, y como había probado el amor
y ya no sabía estar sin él y no imaginaba que se le pudieran ofrecer otras
mujeres, no le quedaba otro remedio para seguir viviendo que vivir siempre
junto a ella, en las condiciones que fuesen, comprendió casi al final, vencido,
tal vez indigno, más enamorado que nunca: en las que Blanca, o la desconocida,
o la sombra que la suplantaba, le quisiera dictar.
ANTONIO MUÑOZ MOLINA, nace el 10 de enero de 1956 en Jaén.