miércoles, 13 de agosto de 2014

KAREL Y CHLOE





Chloe había empezado a llamarle K la primera vez que consintió en darle un beso de amor, y a Karel le había emocionado ese aparente homenaje que lo remitía a uno de sus compatriotas más famosos. Tuvieron que pasar muchas semanas hasta descubrir que K no significaba para Chloe un recuerdo a Kafka, sino a un betún de zapatos de dudoso parecido con su nombre de pila. Pero para entonces el amor había crecido hasta hacerse adulto. Se habían conocido meses antes, y rápidamente superaron las primeras entregas, las divinas exploraciones sobre el cuerpo del otro, todo ello sin que sus bocas se juntaran jamás; porque en Occidente, se admiraba Karel, uno puede abrazar muchos cuerpos, lamerlos y besarlos o follarlos por distintos orificios, sin que ni una sola vez se plantee la posibilidad de un beso en la boca.

- No, hermano, no. No es que aquí las cosas sean diferentes que en tu país –le explicó un día un joven borracho filosófico en un bar, en una de esas confesiones muy íntimas que los hombres hacen sólo a las personas que no conocen de nada-. Lo que pasa es que las tías jóvenes, las yogurcitas, que así las llaman, ¿te enteras?, se han vuelto cantidad de raras. Sexo conseguirás todo el que quieras, pero para que acepten darte un beso de tornillo, casi tienes que pasar por la vicaría. Majaras perdidas, te lo digo yo. Para mí que se rayaron todas en masa al ver esa chorrada en Prety woman; ahora resulta que un chumendo en la boca significa “te quiero para siempre jamás, amén”, hay que joderse.

Tal vez por eso para cuando Chloe la había dicho “Bésame, K”, ella y su novio ya habían puesto en práctica el Kama-sutra completo.



CARMEN POSADAS, nace el 13 de agosto de 1953, en Montevideo (URUGUAY)




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