¿Por qué motivo olvidaba sus principios y mostraba sin
vergüenza alguna la pasión, la locura, la sed de amor que sentía por aquella
mujer?
Sólo una ceguera y una obsesión enfermiza, como de alta
fiebre que lleva en su organismo el paciente sin darse cuenta, podría haberle
hecho perder el juicio de aquella manera. Y así, sin quererlo, su exceso de
amor me reportó un rechazo por cualquier sentimiento e inclusive un miedo por
los acercamientos emotivos y vibrantes hacia otra persona.
Aprendí una lección para huir de todo compromiso sentimental:
a más amor, más peligros de toda índole. No te acerques y no te quemarás. El
amor quema. El amor consume. El amor mata.
EMILI TEIXIDOR, murió
el 19 de junio de 2012, en Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario