¿A dónde, a dónde habéis huido,
dorados días de mi juventud? ¿Qué me prepara el porvenir? En vano mis ojos
intentan averiguarlo: se encuentra escondido detrás de una niebla demasiado
oscura… Pero da lo mismo: ¡la ley del destino es justa! Si caigo herido por la
flecha, o si pasa de largo, me está bien empleado. La hora del destino llega
puntualmente a despertarnos o a hacernos dormir… ¡Bendito sea el día con su sino, y bendita, también, la oscuridad
de la noche! Mañana brillarán los rayos del sol que nace y el día estará lleno
de luz, mientas yo, quien sabe, tendré que bajar a recogerme dentro del misterioso
refugio de la tumba, y las aguas lentas del Leteo engullirán el recuerdo del
joven poeta. El mundo me olvidará, pero tú, tú vendrás, hermosa, a llorar una lágrima
encima de mi prematura tumba, y pensarás: ¡me amaba, me había consagrado el
triste comienzo de su agitada vida! ¡Amiga de mi corazón, querida amiga, ven!
¡Yo soy tu esposo!
A. S. PUSHKIN, nació el 6 de junio de 1799, en Moscú.
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