viernes, 31 de octubre de 2014

HALLOWEEN



¿Y usted, doctor, cree de verdad en la Santa Compaña?
Creo en la Santa Compaña, porque la he visto. No es un tipismo. De estudiante, una noche, fui a hurgar en el osario que hay cerca del cementerio de Boisaca. Tenía un examen y necesitaba un esfenoide, un hueso del cráneo muy difícil de estudiar ¡El esfenoide, que maravilla, con su forma de murciélago con alas! Escuché alguna cosa que no era ruido, como si el silencio cantara gregoriano. Y he aquí, delante de mis ojos una hilera de fuegos fatuos. Allí había, y perdonadme la pedantería, los restos ectoplasmados de los difuntos.
La disculpa era innecesaria, porque todos entendían que quería decir. Lo escuchaban atentamente, a pesar que el gesto de las miradas iba de la total entrega a la incredulidad.
¿Y qué?
Nada. Tenía a mano el tabaco, por si me lo pedían. Pero pasaron de largo como motoristas silenciosos.
¿Hacia dónde iban?, preguntó con inquietud Dombodán.
El doctor Da Barca se lo miró con seriedad, como si ante él, quisiera hacer desaparecer cualquier sombra de cinismo.
Hacia la Eterna Indiferencia, amigo mío.
Pero al finalizar, apreciando el malestar de Dombodán, corrigió con una sonrisa: En realidad, creo que se dirigían hacia Santo Andrés de Teixido, onde vai de morto quen non foi de vivo. Sí, creo que se dirigían hacia allí.


Hoy 31 de octubre:
Noche de Halloween




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