- Es puro pánico. Atacan por pánico.
- Sí, hasta ahí puede ser cierto. Porque piensan que el
mundo está enfermo. Este mundo, esta sociedad, la nuestra. Una enfermedad que
está extendiéndose –dijo él.
- No hay ningún objetivo que puedan tener la esperanza de
alcanzar. No están liberando a un pueblo, ni expulsando a un dictador. Matan
inocentes, eso es todo.
- Asestan un duro golpe a la dominación de este país. Lo
que consiguen es eso, demostrar que un poder tan grande puede ser vulnerable.
Un poder que interfiere, que ocupa.
Martín hablaba en voz baja, con los ojos puestos en la
alfombra.
- Un lado tiene el capital, el trabajo, la tecnología,
los ejércitos, las instituciones, las ciudades, las leyes, la policía y las
cárceles. El otro lado tiene unos cuantos hombres dispuestos a morir.
- Dios es grande –dijo ella.
-Olvídate de Dios. Son cuestiones históricas. Es política
y economía. Todo lo que configura las vidas de millones de personas,
desposeídas, sus vidas, sus conciencias.
- No es la historia de la interferencia occidental lo que
hace que estas sociedades se vengan abajo. Es su propia historia, su
mentalidad. Viven en un mundo cerrado, que ellos mismos han elegido y que les
resulta necesario. No han avanzado porque no han querido, ni lo han intentado.
- Usan el lenguaje de la religión, de acuerdo, pero no es
eso lo que los motiva.
- El pánico, eso es lo que los motiva.
DON
DELILLO, nace el 20 de noviembre de 1936, en Nueva York
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